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MURAL - 1º MUNDIAL KENJUTSU


Mundial - Ir a la Guerra.

por Ortiz - CO/Bogotá - 07-nov-2018



Konnichiwa

A continuación un relato sobre el mundial de Kenjutsu y la experiencia de entrenar con Sensei

Ir a la Guerra.

La palabra que viene a la mente al pensar en lo vivido en el Mundial de Kenjutsu es Guerra. Viajamos a un país lejano, preparados para enfrentar rivales y luchar por la victoria, traer honor y buen nombre a nuestro país, nuestras familias y nuestros maestros (Senpais). No bien todos los presentes en el mundial eran Senpais, compañeros, familia Niten, lo cierto es que todos guardaban un anhelo y lucharían por el con todas sus fuerzas.

Todo inicio con el entrenamiento de Katori, conocer un arte tan antiguo es maravilloso, entender que estas haciendo algo que tiene siglos intacto, que guarda tanta sabiduría te llena de energía.

Por cuestiones del destino nuestro Senpai en Colombia, Senpai Andrés, tendría que cancelar su participación a último momento, dejando sobre mis hombros la responsabilidad de llevar el equipo Colombia a un buen puerto, como si ya no hubiera presión suficiente se suma esa nueva responsabilidad. Estar rodeado de tantos grandes luchadores es un poco intimidante y quizás los nervios nos dieron una mala pasada al comenzar el torneo, salimos con toda la energía al combate sin embargo fuimos vencidos rápidamente. Una lección de humildad que debíamos aprender. Nos quedamos a observar a los demás Senpai en sus combates, verlos fue encendiendo una pequeña llama en nosotros, luego tuvimos la oportunidad de saludar por primera vez a Sensei, sus palabras de aprecio para con Colombia, su amabilidad al escucharnos, la sonrisa de gusto al recibir y sentir el aroma del Café que llevamos de regalo nos dieron calma después de la dura lección que aprendimos al ser derrotados ese primer día, finalmente el Ganbatte que nos dijo al despedirse nos recordó que aun teníamos una oportunidad.

La oportunidad la tendríamos al día siguiente. Debido a la ausencia del Senpai Andrés, yo tomaría su lugar en la competencia individual, además aun tendríamos la competencia de equipos.

En combates individuales mi grupo no podría ser más difícil, Senpai de segundo Dan y Senpai segundo Kyu, un monte Fuji se levantaba ante mí, recordé las palabras de Sensei, existen cuatro elementos para asegurar la victoria, Ki, Ken, Tai y Un. Se que mis rivales me superaban en Técnica y condición física, lo único que quedaba en mis manos era el Ki y esperar la sonrisa del viento divino. Senpai Drawin de Brasil fue un rayo, no logré acomodarme y me venció rápidamente, no lo pensé en ese instante como una derrota, solo quería aprender de lo sucedido y aplicarlo, y tuve mi oportunidad. En el siguiente combate me lance con todo el Kiai posible y considero que logré sorprender al Senpai Flavio de Argentina, la diosa de la suerte me sonrió varias veces y logré la victoria. No logré avanzar de etapa en el torneo, sin embargo, esa victoria fue muy especial y también me dio una lección. No existe rival pequeño, ni grande, ante cualquier rival debemos emplearnos al máximo, nunca darnos por vencidos, lo que ha de suceder, sucederá.

Luego vendría la batalla en equipos, con los compañeros, Aguilar y Torres nos concentramos, les expuse lo que sentí en mis combates y nos lanzamos a la guerra nuevamente, el rival era Chile, conformado por Senpais de grado mayor al nuestro, aun así nos lazamos sin miedo, con todas nuestras fuerzas y ganamos, sin planes, sin estrategias complejas, solo confiar en las enseñanzas de Senpai Andrés y Senpai Aguirre, el kiai al máximo y la espera de la sonrisa de la Suerte.

Tuvimos un honor muy grande al enfrentarnos luego al equipo de Brasil A, conformado por Senpais que son bien conocidos, con niveles increíbles. Aunque nos arrasaron, verlos y sentirlos combatir es una experiencia increíble, algo que queda grabado y que sirve de guía para el futuro.

Al terminar el Torneo mientras me cambiaba a mis ropas civiles, noté las marcas de varios golpes recibidos en brazos y costillas, un Senpai que salía de los cambiadores me dijo. Te llevas unas buenas lecciones. Me llevé unas buenas lecciones de Argentina y Chile.

Pasado el Torneo tuve una oportunidad fantástica, entrenar Iaijutsu con Sensei. Ir al Dojo de Ana Rosa y comprender que Niten es uno solo, sin importar en que Dojo estés, el comportamiento, la energía, todo se mantiene. En Ana Rosa la presencia de Sensei te invade. Su vista es impresionante, abarca el dojo, logra moverse entre todos los que entrenan y hacer correcciones y mejoras a todos, los detalles no se le escapan sin importar si está corrigiendo o enseñando a otro compañero en el lado opuesto del dojo, igual llega hasta donde estas y te dice justo lo que necesitas escuchar, te corrige justo ese detalle que no llegabas a imaginar. Sensei es como una sombra, lo abarca todo, esta en todas partes, sin embargo, no produce temor, busca es guiarte y eso es impresionante, no sientes terror en su presencia, sientes es una necesidad de aprender, tienen que ir a vivirlo para comprenderlo. Sensei nos despidió a los extranjeros que estábamos entrenando ese día con unas gratas cervezas y una agradable charla, Sensei es diferente a otros maestros, está allí, a tu alcance para que aprendas.

Regresamos de la Guerra, con alguna heridas, cicatrices y nuevo conocimiento. Dandlo las gracias a Senpai Aguirre y a Senpai Ana Lucia que nos acompañaron en esos momentos complejos.

Ganamos.

Shitsureishimasu
Arigato, Sayonara
Ortiz, Unidad Bogotá


Tags: Mundial,


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